lunes, 16 de abril de 2007

El octavo país más rico del mundo

Según recientes estudios España es actualmente el octavo país más rico del mundo y la décima potencia inversora. Nuestro país ha pasado de ser un receptor de inversión extranjera a ser un exportador neto, nuestros empresarios invierten en el extranjero cada vez más, sobretodo en América Latina, y la inversión extranjera dentro de nuestras fronteras comienza a dejar de ser rentable, pues dejamos de ser un país en vias de desarrollo para considerarnos DESARROLLADOS. El octavo país más rico del mundo, suena bien. Teniendo en cuenta que en las listas oficiales de la ONU figuran más de 250 paises ser el octavo no está nada mal...

Inversiones, dinero, desarrollo, riqueza...estas listas se elaboran con baremos económicos complicados pero reflejan en cierto modo solo una parte de lo que debemos considerar riqueza, de lo que debemos considerar desarrollo. Estamos hablando de términos demasiado complejos, formados por demasiados aspectos como para estudiarlos y dictaminar conclusiones tan solo mediante números. El desarrollo no puede ser tan solo el reflejo de un crecimiento en tasas de inversiónes o en balanzas...

Acabo de llegar de Praga, República Checa, un país que acaba de ingresar en la UE, un país que no hace ni 20 años estaba tras el Muro, un país que ni mucho menos está considerado entre los más desarrollados del mundo. Pues bien tras pasar por tres aeropuertos, con sus respectivos controles de pasaportes, recogida de maletas...los retrasos, el amontonamiento de gente, el descontrol vivido en Barajas, España, no nos había ocurrido en todo el viaje. Lo triste es que no es la primera vez que tengo esta sensación, la de ver que tras permanecer unos dias en un país considerado "en vias de desarrollo" en el que todo transcurre con normalidad, la llegada a España es un verdadero horror.

Hace algunos años viví en Brasil veinte dias de vuelos constantes con regularidad y precisión asombrosa mientras que la llegada a Barajas fue caótica, más de una hora para recoger las maletas, colas y más colas en la entrega de pasaportes; era agosto y a la época estival le mandamos la culpa del desorden, pero ahora, tras algún viaje más, puedo afirmar que no es el verano ni que Barajas sea uno de los aeropuertos que más vuelos registra en dicha fecha, el descontrol es una variable absolutamente constante en el aeropuerto de la capital.

Me temo que no es cosa sólo de éste aeropuerto, al pasar los Pirineos la sensación es la de entrar en otro país diferente, ni mucho menos comparable a la del resto de miembros de la UE; no es sólo la sensación desértica que nos invade el cuerpo al pasar del verde al amarillo; basura en las vías de servicio, colillas y papeles en el suelo (algo inaudito en Europa, por extraño que nos parezca), un incumplimiento asombroso y generalizado de las normas de comportamiento, desde las normas viales en las carreteras hasta las prohibiciones de fumar en lugares cerrados y públicos...

Señores, hace algunos años cuando la situación era muy diferente, todo hay que decirlo, alguien dijo que África empezaba en los Pirineos, refiriéndose al subdesarrollo Ibérico. Hemos mejorado, mucho y muy rápidamente, pero ser el octavo país más rico del mundo no sólo son cifras y datos. La sensación que queda al regresar del extranjero es que la euforia que nos llega no está suficientemente fundada, seremos líderes en cuanto a la inversión pero estamos muy lejos en otras cuestiones a la vista mucho más importantes.

2 comentarios:

Josu dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Josu dijo...

Lo viví contigo así que nada más que añadir salvo que, además, nuestra selección da la risa...
Un abrazo del otro checo